Mi trabajo es mío, lo llevó conmigo,
como un artesano cargando hilos en su mochila.
Es mío, nací con el,
lo llevó en mi, dentro de mio.
Todo lo que hagas con tus manos y tu cuerpo también es tuyo,
estés donde estés, no vas a dejar de hacerlo,
a menos que te haya llegado la hora.
A menos que te hayan hecho creer lo contrario.
El vendedor tiene el don de la palabra.
El vendedor,
el que tiene las palabras justa para que te lleves eso que no estabas pensando en quererlo hasta que te cruzas con el.
Toda capacidad puede ser vendida y redituada,
así como también puede ser regalada si lo deseas.
Y no hay nada de oscuro en vender lo que te gusta ofrecer,
No hay nada de oscuro en esto porque la tierra está llena de humanos,
somos los seres vivos con conciencia más elevada que viven en este planeta,
somos millas de millones, y siempre, pero siempre,
Existirá alguien que necesite lo que vos tenes para ofrecer.
No es economía, es algo que cala más hondo, algo más simple,
algo a lo que se le llama intercambio,
vos me das y yo te doy porque coincidimos en que a los dos no hace bien.Fin.
Cosas que nos hacen bien.
Igual que el mate cuando va y viene de mano en mano,
vos también vas de mano en mano,
de jefe en jefe, de cliente en cliente, de pareja en pareja;
sólo basta con tener algo que querer ofrecer y que sea redituado.
Y en esto no hay nada de malo.
Vivimos en sociedad,
vivimos intercambiando cosas, gestos,
palabras, historias,
a veces nos devuelven el aporte en dinero, a veces sencillamente regalamos el bien.
Pequeña Bianca
@pensamientosdebian
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