Una Verdad de Tantas

 La contraparte de una trabajadora sexual es otra trabajadora sexual.

Es triste decirlo, pero es una realidad. Una de tantas verdades.

Generalmente no hay peor  cosa en cualquier rubro que una mujer contra una mujer,

 pero es la realidad,

 no hay más competencia para una mujer que otra. 

No es la actitud de todas, pero sí de la gran mayoría.

Una gran parte de las mujeres piensan que la contraparte es el hombre, 

pero de hecho, veo a más hombres valorar a las mujeres, que a las propias damas.

Sucede en un entorno familiar, sucede dentro de una escuela,

 sucede en un estudio de abogacía, sucede en un sanatorio,

sucede en todas partes que existan más de dos mujeres.

En toda área se encuentra esta derrota femenina interna,

 que muy pocas pueden reconocer;

 pero creo que dentro del rubro sexual, 

es algo más que caótico, más que amenazante y triste.

 Algo que destruye al trabajo sexual por dentro y por fuera;

 le saca brillo, le saca unicidad, y le quita progreso.

Ni hablar de la palabra "Equipo" ni "Trabajo en equipo". 

Esto casi ni se entiende, ni se intenta entender, 

y muchos menos si es otra meretriz a la que se le ocurre empezar a hablar de esto.

 Es muy común escuchar: 

-No le digas a las otras que sino te sacan la idea, y vamos a estar haciendo todas lo mismo-.

Una estupidez.

Es triste.

De hecho, no pueden dejar de llamarse ¨putas¨, 

rebajandose a sí mismas, 

a algo no más importante que un trozo de carne.

Pocas entienden la diferencia entre una¨Meretriz¨ o ¨Trabajadora Sexual¨

 y ser una ¨puta¨,

no entienden la diferencia, 

y sino entienden esto, 

cómo van a poder transmitirselo y educar a su entorno, 

ya sean clientes, familia, amistades, hijos, etc.

Recuerdo que hace muchos años atras, conoci a una Meretriz bastante adulta. 

Yo tenía 16 años y la conocí en la puerta de un almacén.

 Estaba sentada en un banquito de madera tomando una cerveza.

En realidad siempre la veía cuando mi madre me mandaba a hacer las compras, 

pero nunca habíamos intercambiado palabra alguna hasta ese dia.

A mi me llamaba tremendamente la atención, 

porque era una mujer simpatica, atractiva, alta, 

y se la veía muy segura de sí misma,

 charlando con todos en el barrio, 

siempre tenía una sonrisa y  una buena actitud con todos los que hablaban con ella. 

Hombres y mujeres.

 Aunque más hombres, 

porque muchas mujeres pasaban por al lado y la miraban con asco. 

Me percataba de eso, porque una de esas mujeres era mi madre.

Yo pasaba siempre y la miraba con ganas de preguntarle algo,

 pero sin saber muy bien qué.

 En casa mi progenitora Silvia,

 despotricaba contra las prostitutas,

 todas las mujeres para ella eran prostitutas, si tenían el pelo largo,

 si usaban minifalda, si eran atractivas, 

y si se llamaban Karina y habían sido una Ex novia del padre de mi hermana, 

el cual ya se había escapado de ella hacía un tiempo. (Salvó Dios al hombre)

Y sin darse cuenta fue mi propia madre la que logró,

 que yo sintiera gran curiosidad por esta mujer, 

que más que parecerse a ella, se parecía a un ser un tanto más sano.

Hasta que un dia saliendo del almacén, la salude:

 -Hola- le dije y charlamos un rato largo.

No recuerdo exactamente las cosas que hablamos,

 creo que fue un poco del clima, y el trabajo,

 ella sabía que yo estaba intrigada y curiosa sobre todo su ser;

aunque algo sí recuerdo, algo que me dijo, y quedó grabado en mi mente para siempre:

 -Yo no soy puta.

 Putas son las que no cobran y roban maridos.

Yo soy una Trabajadora que ofrece un servicio. 

No busco al hombre, el hombre me busca a mi-.

Y en ese preciso instante, entendí todo.

Y por si piensan que desde adolescente sospeche alguna vez que iba a ser Trabajadora sexual, 

la respuesta es NO.

 En esa época, soñaba con ser veterinaria.

Volviendo al tema inicial: Esta falta de unión entre las trabajadoras sexuales,

 éste estar a la defensiva con sus propias compañeras 

y sentirse amenazadas por otras iguales a ella,

 es lo que le da un tinte oscuro, a un rubro que más que aburrimiento y desdén, 

debería transmitir :

Picardía, Diversión, Detalle, Brillo, Glamour, Limpieza, y Alegría; 

porque:

 ¿Qué fue el  Servicio Sexual en la historia del hombre, más que diversión y placer?

Lo sabían las vecinas del Antiguo Pichincha,

 lo sabían en Francia en los Bares Burlesque, en el famoso  Cabaret Moulin Rouge,

y lo saben hoy en día en Las Vegas y Hollywood,

 pero aca en Rosario City, 

no se sabe, y está más aburrido y oscuro y sucio,

 que la tumba de Tutankamon.

Espero que algun dia, la amenaza de una mujer no sea otra mujer.

 Espero que algun dia el trabajo sexual evolucione a algo bien armado,

 con mujeres que más que competencia sean socias empresariales, 

que logren abrir sus casas de masajes de alta gama, 

sus bares burlesque sin estar escondidos, 

con música, fiesta y con toda la parafernalia.

Como antes.

Como en el resto del mundo.

Pequeña Bianca

@pensamientosdebian

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