No es distante ver lo autónomas que somos,
y las características que llevamos impregnadas en la piel.
Las vivencias que se repiten de trabajadora en trabajadora,
situaciones y vivencias del pasado que nos han llevado a ser trabajadoras sexuales.
No están en oculto y son bien evidentes,
el carácter que nos hemos formado,
y las experiencias que han cambiado nuestras mentes de mujer.
Porque no somos las mismas que cuando no habíamos comenzado,
no somos las mismas y no lo seremos jamás.
Personalmente he tenido que hacer respetar mis derechos desde muy niña.
La primera vez que me senté ante un juez tenia ocho años, y me defendía de mi propia madre.
Desde niña entendí que estaba bastante sola, que la mujer que debía ampararme no paraba de decirme con sus manos y otras cosas que no me quería.
Y seria desde el comienzo en adelante, la destructora de mi nombre.
Ya que no había podido destruir mi físico y mente por completo,
seguiría intentando destruirme de todas las formas posibles.
y si era posible alejarme de todos mis afectos también lo haría.
Mi bendita abuela, me decía,
vas a tener que aprender a hacerte fuerte y aprender a pelear,
y cuidarte,
ahora estoy yo, pero en un futuro no estaré y vas a tener que hacerlo sola.
Así que, cuando tuve a mi hijo,
ya sabia muy bien lo que era no tener miedo,
si lo sentía me abalanzaba sobre el miedo mismo, como una fiera, como toda leona que soy,
con la fuerza de un leon haciéndole frente a todo aquello que me quiso destruir.
También aprendí con el tiempo lo que era la bajeza humana, existían batallas que ni siquiera eran necesario ser batalladas,
solo bastaba con darse vuelta y seguir mi camino,
mirando al contrincante desde arriba y desde lejos.
Las palabras no se las lleva el viento,
quedan dando vueltas y pueden amargar la vida de una persona,
completamente toda su reputación, con mentiras, y engaños;
pero para eso también invente mi antídoto.
De repente pueden aparecer varias bombas.
Podes estar tranquilo en una noche estrellada ,
y de un momento a otro comenzar a recibir bombardeos de la nada.
Un día entran a tu barrio y violan y matan a todas las niñas,
abuelas y madres del lugar,
violan a todos los niños,
degüellan a bebes al lado de una fogata,
y parte de tu vida cambia para siempre, por una historia mal contada.
Pero por suerte, existe la magia de algo supremo,
y siempre habrá un Domo de Hierro que cuide tu vida.
Así viví y así vivo protegida.
Por mi propio Domo de Hierro, mágico, supremo y bondadoso.
Y esto es solo una parte de mi historia, pero detrás de cada Meretriz hay una gran historia.
Una mujer que conoce ambas caras de una misma moneda.
Una mujer que tiene la característica de decirse "yo siempre puedo".
Las mujeres que no han tocado el rubro, tienen el conocimiento incompleto.
No digo que toda mujer deba experimentar alguna vez, lo que es ser Meretriz,
sólo digo que esta incompleto su conocimiento;
y especialmente el del juicio al Hombre.
Nosotras las trabajadoras sexuales hemos forjado un carácter completo.
Una mezcla entre suavidad y fuerza,
entre aprecio al masculino y la distancia exacta de respeto.
Una mezcla uniforme y delimitada de feminismo y feminidad.
Porque no se puede destruir a quienes tienen buenos tratos y ponen la comida en tu mesa,
como pasa en todo comercio y con todo servicio.
Así como tampoco se le permite, la falta de respeto.
La Meretriz se hace respetar y educa, con suavidad, y fuerza.
"La casa siempre se reserva el derecho de admisión"
La trabajadora sexual es una mujer que sabe de negocios,
sabe perfectamente como manejar su dinero,
sabe de promociones y métodos de venta,
muchas veces tiene que hacer la división de los panes,
y hacer milagros, sea creyente o no.
La Meretriz se vuelve a veces mas ruda,
y tiene que poder siempre, sin excusas, por sus hijos.
La Meretriz se enamora,
pero conoce muy bien lo que tiene sentido que siga y lo que no.
Conoce a los hombres en todas sus facetas,
lejos de la de esposo, lejos de la de padre.
y también la de esposo y la de padre,
conoce las facetas morales e inmorales.
En la cama se ven muchas realidades ocultas.
La Meretriz tiene los sentidos despiertos todo el tiempo,
y el olfato de la intuición totalmente elevados.
Puede ver mas allá de las apariencias,
y saber quien esta detrás del jefe, del abuelo,
del hermano, del empresario, del medico, del arquitecto,
del psicólogo, del odontólogo;
y saber cuál es la verdad oculta.
Muchas veces la autoestima masculina queda en manos de ella,
y si es bondadosa puede aumentarla;
y sino lo es tanto,
puede destruirla.
Pequeña Bianca
@littlebiancameretriz
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