viernes, 3 de octubre de 2025

Fracción Invisible

¡Que levante la mano a quien no le guste el sexo oral!

Mujer, hombre, mono, mitad mono y mitad hombre, mitad mujer y mitad gato, mitad hombre mitad mujer...

Alguien.

Quien sea.

¡Que levante la mano!

...

(Silencio absoluto)

 Lo sospeche.

Todos tenemos bocas, bocas hay muchas, lenguas también.

Fotos hay muchas, culos tambien, tetas millones, para tirar para arriba y hacer un postre. 

Una cantidad ilimitada de vaginas para besar, y garchar; inagotables penes para besuquear;

infinitas pieles para rozar.

El punto es que a todos nos gusta.

 A todos nos gusta, y esta bien,

 ya fuimos predeterminados así, para ésto, sino fuera de esta manera, 

nada estaría en el lugar que se encuentra.

Cada pequeña y gran parte del cuerpo, 

como piezas de un artilugio, exactamente confeccionado,

 para el placer y la creación.

Lo cierto es que mas allá de tamaños, o buenas fotos,

 hay algo más,

 algo más que hace especial a estas partes;

 bajo el contexto de cada persona y la mirada y los gustos de cada humano, existen las "ganas de ésto mas que aquello".

La libertad de elección dentro de un panorama que ofrece posibilidades.

(Excepto en corea del norte: donde la libertad de elección queda nula, porque antes quedaron inválidas las oportunidades)

Lo cierto es que detrás de cada falo, cada culo, cada delantera,

 cada traste, cada parte del cuerpo, hay algo que te hace volver por él,

 la parte invisible, la porción que no se ve, pero existe.

Porque es bastante corta de pensamiento la persona que dice: -bah, yo solo veo en lo que creo, sino no existe.-

¡Pobre de esa persona!, ¡como si solo pudiera existir lo que su limitada visión pudiera encerrar!

¿Acaso ves el aire?

Y sin embargo esta en todo tu alrededor.

Prácticamente nadas en él.

¿Acaso ves las ideas?

Y sin embargo están ahora mismo elaborando chispas eléctricas,

 en cada extremo de cada una de tus neuronas.

Las cosas que no vemos también existen.

Esa porción incorporea, inmaterial, que no palpamos pero existe.

Es eso lo que te hace REELEGIR.

(y no voy a decir "reincidir", porque reincidir conlleva un peso de culpa, 

donde vos mismo te postulas como un pobre ser humano débil,

 que no elige por conciencia usando la mente.

La reincidencia es solo para personas que no saben que son libres de reelegir)

Ese fragmento invisible que sentís, porque existe aunque no lo veas,

 es lo que hace que vuelvas a confirmar, renovar, REAFIRMAR, 

tu elección una y otra vez.

Detrás de cada cosa material hay una parte invisible que le da vida.

Un aura personal que hace que una mesa sea distinta a otra,

 una cama distinta a otra, un ambiente distinto a otro, un cuerpo distinto a otro,

 un servicio distinto a otro.

Unas manos distintas a otras,

 un trato distinto a otro, un tacto diferente a otro,

 no es el cuerpo en sí,

 no es un trasero en sí, sino el aura que lo acompaña.

Desde mi punto de vista de trabajadora sexual, 

pienso que cada mujer, hombre, persona, tiene que entender ésto.

Una trabajadora sexual, no vende solo un cuerpo,

 vende un servicio, en donde el cuerpo es una parte de un todo, 

de algo mas completo, y en la medida en la que entienda ésto, 

podrá hacer de su trabajo algo mas especial, mas elevado, mas sano y mas autentico.

El sexo esta estropeado, banalizado, puesto en un lugar oscuro,

un lugar sucio, del que muy pocos logran asomar las narices y ver mas allá, moverlo,

sacarlo y apartarlo a un espacio más claro, más iluminado e igual de placentero,

ya sea en la cama matrimonial, como en la cama de la cortesana.

No importa la cama que sea, sino la porción invisible que cada ser humano le aporte al mismo.

Esa porción que hace que vuelvas una y otra vez al lugar donde te sentiste bien;

 no por reincidencia sino por reelección.

Porque no sos un pobre cristiano tentado por una oscura presencia, y sin control de tus decisiones;

 sino meramente un ser humano, que vuelve donde se sintió bien tratado,

 y si buscamos buen trato, es porque la necesidad cala mas hondo que un simple garche, 

una necesidad oculta que sólo la persona misma conoce de sí.

Y sinó la conoce, y no la descubrió, 

que sepa que hay métodos para sacarla a la superficie,

 y sacar a la superficie cuestiones ocultas,

 siempre, y solamente siempre, nos da libertad.

Mas allá de tener la libertad de poder comprar un servicio de placer,

 existe otra libertad que sólo podrás sentir, cuando descubras tus necesidades ocultas.

Conozco algunas personas que al descubrir esto, se han aterrado de sí mismos, pero aun así, en ese instancia,

 la carga es menos pesada;

 sólo podemos encontrar el vehículo adecuado para trasladar el peso, cuando entendemos de que esta hecho el paquete y que hay dentro del envoltorio de tus necesidades.

Entender lo oculto es aprender a conocernos,

 nos ayuda a movernos mas livianos.

Así que:

¡Que levante la mano a quién le guste el sexo

y

la fracción etérea que le da vibra!

Pequeña Bianca



















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